Por Karen Berg
A veces vamos al Creador y decimos: "He dado caridad. He sido una buena persona. He ayudado a la gente. Por favor, necesito un favor aquí". Pero, ¿sabes cuál es la respuesta del Creador cuando nos presentamos con este enfoque?
La respuesta del Creador es: "¿En serio? ¿Has dado caridad? ¿De dónde has sacado el dinero para dar la caridad? ¿Quién te dio esa bendición en primer lugar?"
Cada vez que vamos al Creador y le explicamos lo buenos que somos y por lo tanto lo mucho que necesitamos ser ayudados por Él, la respuesta es: "No eres quien o lo que creas que eres. Eres lo que yo te hice. Eres el lugar donde te puse. Ahora usa lo que se te ha dado para crear un espacio para estar más cerca de tus raíces espirituales".
Como seres humanos, trabajamos muy duro para lograr las cosas con la creencia de que una vez que logremos lo que consideramos un éxito (en finanzas, sabiduría, honor, o lo que sea), entonces finalmente lo hemos "logrado".
Pero, ¿realmente lo hemos "logrado"?
Aprendemos en Kabbalah que sólo una vez que hemos alcanzado nuestros hitos nos enfrentaremos a nuestra verdadera prueba, que es lo que vamos a hacer con nuestro logro. ¿Vamos a decir, "Vaya, mírenme y todo lo que he hecho"? O vamos a decir, "Bien, ¿qué se espera de mí ahora?" o "¿Cómo puedo pagar por ello?"
Cuando entendemos la vida de esta manera, creamos una línea recta con el Creador y un camino para las bendiciones en nuestras vidas.